El título significa: "Hasta cuándo.... has de abusar de nuestra paciencia?" Se debe a una serie de discursos de Cicerón, un senador romano del siglo I AC contra un conspirador contra la institución de la República Romana llamado Catilina.
Me pregunto, haciendo más amplia la cuestión, hasta cuando hemos de soportar que las cosas vayan de mal en peor.
Parece que esperar algo del gobierno es absurdo considerando lo poco que se ha hecho por el pueblo en 50 años.
Los pueblos nacen, crecen, maduran, o se estancan y son devorados por los intereses externos y la inacción interna.
Vivir de recuerdos gratos no es la respuesta. Cuánto hemos perdido en este sueño?
Unos recuerdan a Yrigoyen, otros a Perón. Ambos se atrevieron a hacer, lo cual no es poco. Se los puede criticar, como a todo el mundo. Pero, a veces pienso que este país vive criticando sin hacer nada efectivo para cambiar su destino.
Las críticas son mayormente anónimas, en las sombras; nunca van dirigidas claramente y a la cara de los que las merecen.
Todos hablan de política y parecen saber qué es lo mejor, pero al revisar los votos siempre ganan los mísmos.
O será que la gente cambia automáticamente cuando accede al poder? O es que todos son corruptos y se disfrazan hasta "agarrar la manija"?
Muchas preguntas. Qué fue de los Mariano Moreno, los Manuel Belgrano, los José de San Martin, etc, etc?
Porque al mirar al pasado vemos gente con agallas, con ideales, con fuerza y decisión arrolladora.
Qué fue del pueblo que venció y expulsó a 12.000 soldados británicos en 1807, soldados que hacían frente a Napoleón Bonaparte y vinieron a perder ignominiosamente en Buenos Aires, que para aquel entónces no era más que una "gran Aldea"?
Hoy no se ve más que individualísmo, delincuencia impune, falta de códigos, ignorancia, (los jóvenes no saben ni escribir y se manejan con abreviaturas muy a propósito de su ociosidad y falta de interés por desaznarse).
Es todo un círculo vicioso. Tenemos lo que nos merecemos, como dicen por ahí.
Pero está todo perdido? No.
Todavía se puede retornar al punto donde todo empezó y desde ahí enmendar la situación, pero hace falta fuerza de voluntad e ideales preclaros.
En la educación está todo resumido. Si no edúcan los maestros, que lo hagan los padres.
Parece fácil decirlo, sin embargo, qué educación puede dar quien no tiene ninguna educación? No solo los jóvenes ignoran, tambien ignoran los mayores.
Hay que redescubrir el valor de la dignidad individual como personas, y la comunitaria como Nación.
Hay que reclamar nuestros derechos a voz en cuello. Es imprescindible exponer a los corruptos, sus acciones, sus traiciones y engaños.
Somos jóvenes aún (como Nación), podemos recuperarnos aprendiendo de los errores del pasado, pero nunca más volvamos a callarnos ante lo que está mal.
No guardemos la indignación para entre casa, que por esto así estamos...
Hagamos cuanto esté a nuestro alcance para revertir la marea de ignorancia y conformismo que nos ha invadido poco a poco. Sacudámonos esa negatividad de viejos perimidos que nos dice a cada paso: "no va a andar".
Hay que dejar de ser complacientes con todo lo que, a la corta o a la larga, nos pone cada vez más al borde de una decadencia de ideales irreparable, porque si hoy estamos mal y no hacemos nada, mañana vamos a estar peor.
Todavía estamos a tiempo.
Fabiano-el-Apóstata.
jueves, 8 de enero de 2009
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